Los habitantes de China ya pueden mandar su correspondencia fuera de la superficie de la Tierra. Esto es posible gracias a la inauguración de una oficina de correos ‘espacial’ en Pekín, que se encarga de mandar mensajes de los ciudadanos a los astronautas en el espacio.
Geólogos romanos y alemanes supusieron que la diferencia en la propagación de las ondas sísmicas en diferentes partes de nuestro planeta se debe a que la esfera más interna de la estructura de la Tierra podría no estar justo en su centro.